La colección «Colectivo» se une a la revista Cahier des Amériques latines del Institut des Hautes Études de l’Amérique Latine (IHEAL), así como a las colecciones «Chrysalides» y «Travaux & Mémoires». Colección digital dirigida por Olivier Compagnon, «Colectivo» pretende reunir obras colectivas de ciencias humanas y sociales de América Latina. Abierta al multilingüismo y preocupada por dar cuenta de los debates científicos más actuales, reúne a investigadores de distintas disciplinas sobre temas diversos.
Analizar un fenómeno cuando todavía se está desarrollando, y por lo tanto sin la retrospectiva que se tiene una vez que se conocen todas las consecuencias, es un ejercicio peligroso pero no por ello menos indispensable y esperado para los profesionales de las ciencias sociales en tiempos de crisis, un ejercicio que los autores del primer volumen de «Colectivo» han asumido. Este se titula La pandemia de Covid-19. Experiencias americanas, y fue coeditado por Capucine Boidin, Claudia Damasceno, Marion Magnan, François-Michel Le Tourneau y Hervé Théry.
Como lo sugiere el nombre de pandemia, el Covid-19 ha afectado a todo el planeta, pero las estadísticas disponibles muestran que ha impactado en especial en las Américas. Hasta principios de julio de 2021, casi 1,9 millones de personas habían muerto en las Américas, lo que la convierte en el continente más afectado, por delante de Europa. En las Américas se encuentran también cuatro de los cinco países del mundo con mayor número absoluto de muertes: Estados Unidos (más de 600.000 víctimas), Brasil (más de 510.000), México (más de 232.000) y Perú (más de 192.000)[2]. Por último, la mortalidad global debida al SRAS-CoV-2 era, todavía en julio de 2021, de casi 1,8 personas por cada 1.000 habitantes para el continente americano, mucho más alta que la de Europa (1,4/1000) y la de todos los demás continentes[3].
Estos datos deben tomarse con cautela, ya que la mortalidad por Covid-19 está probablemente subestimada en muchos Estados. Sin embargo, la comparación con los otros continentes no supone, desde este punto de vista, una desventaja para América, donde los sistemas estadísticos suelen ser bastante fiables para los datos básicos. Así, aunque la identificación de las causas de muerte no siempre es fiable, el exceso de mortalidad vinculado a Covid-19 aparece en los datos del estado civil y podría superar en un tercio las muertes registradas oficialmente[4].
Sean cuales sean los métodos de estimación, las cifras muestran que las Américas fueron el continente más afectado por la pandemia. Esto plantea la cuestión de las vulnerabilidades específicas o de las configuraciones sociales que lo han hecho posible, cuando la estructura demográfica (con una población más joven en promedio que en Europa, por ejemplo) debería haber garantizado una cierta protección. En el caso del continente asiático, las enseñanzas de las crisis anteriores, en particular el SRAS, permitieron poner en marcha sistemas técnicos para detectar y limitar los brotes, al tiempo que se creaba una aceptación social de las «medidas de barrera», incluso a costa de la libertad individual[5]. En el caso de las Américas, una combinación de factores parece haber conducido al desastre, ya sea la falta de consideración real de las crisis anteriores, los sistemas sanitarios y las estructuras sociales muy desiguales, o la presencia en el poder de gobiernos populistas poco dispuestos a tomar medidas muy impopulares.
A la espera de su publicación en la página OpenEdition Books de la editorial IHEAL en junio, Marion Magnan y François-Michel Le Tourneau presentan este libro en ÉDITO / IHEAL