Una emotiva ceremonia de premiación reunió el 1º de diciembre, en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a un selecto grupo de 38 mujeres que realizan ciencia de frontera, tanto en Chile como en el extranjero. Entre ellas, estuvieron presentes las diez investigadoras de la Universidad de Chile que han sido honradas con el Premio Nacional L’Oréal- UNESCO For Women In Science a lo largo de los 15 años de historia de este reconocimiento.

En la celebración, se entregó un reconocimiento a las ganadoras históricas de nuestro plantel en las categorías nacional e internacional: María Teresa Ruiz, Carla Hermann, Claudia Maturana, Daniela Sauma, Valentina Parra, Bárbara Casas, María Fernanda Lisbona e Irene del Real. En la instancia, además, se premió a las dos galardonadas de este año: Daniela Grandón y Marcela Márquez, ambas de la Casa de Bello.

La ganadora de este año en la categoría postdoctorado, Marcela Márquez, bióloga con mención en medio ambiente de la Universidad de Chile y doctora en Ecología Interdisciplinaria de la Universidad de Florida, Estados Unidos, destacó el aporte de las mujeres de la U. de Chile a la ciencia. «Muchas mujeres de la Universidad han ganado este premio y hay mujeres de la Universidad de Chile que están haciendo un gran trabajo no solo en Chile, sino fuera del país también. Hay mucho capital humano, creatividad e innovación que sale de la Universidad de Chile, estoy orgullosa de ser Hija de Bello, siempre», dijo Márquez.

En tanto, Daniela Grandón, la ganadora en la categoría de doctorado, licenciada en física mención astronomía de la Universidad de Valparaíso y actual estudiante del Doctorado en Física de la Universidad de Chile, está orgullosa de formar parte de las mujeres chilenas que hacen ciencia de punta: «Las científicas nacionales hacen un trabajo excelente en todas las regiones, en distintas universidades. El tema es visibilizarlas, hay que impulsarlas. En Chile faltan recursos para retenerlas en el país trabajando para toda la sociedad y el país».

La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Silvia Díaz, presente en la actividad, agradeció a las ganadoras de 2022 por ser «motores del cambio» en la línea de disminuir la brecha de género en las ciencias.

IMPORTANCIA DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE EN SU DESARROLLO 

Marcela Márquez subió con su hija de 5 años a recibir el premio para simbolizar el esfuerzo que significó investigar criando a una niña pequeña durante la Pandemia. En este sentido, motivó a las niñas a seguir sus sueños, ya que «el futuro es de las mujeres» y destacó la importancia de su alma mater en su desarrollo.

«En la U. de Chile yo encontré a mis profesores, que fueron muy importantes en mi carrera y ha sido siempre un sello, como que siempre una es Hija de Bello. Es súper importante todo lo que me entregó la Universidad en términos de conocimiento, de oportunidades, también esta lucha social por una educación más justa y la diversidad de estudiantes que llega a esta casa de estudios, de distinto estrato socioeconómico, de distintos lugares del país. Y eso me dio mucha experiencia y una visión de tratar de contribuir al país también con lo que uno hace con la carrera», dijo.

Por su parte, Daniela Grandón, agradeció llegar a la Casa de Bello: «La U. de Chile ha sido clave porque quería hacer investigación en inteligencia artificial aplicada de la física a la cosmología y, en ese sentido, este es el único y el lugar más ideal en que podría haber pensado, porque está el profesor Doménico Sapone, que trabaja en el área y tiene muchas colaboraciones internacionales. Así que él me abrió los ojos al mundo también, a que yo podía aventurarme a colaborar con personas de todos los países. Y, por otro lado, el campus Beauchef tiene departamentos de distintas carreras y a mí el Departamento de Física me permitió poder tomar cursos en distintos departamentos para que yo pudiera formarme en inteligencia artificial, que era lo que yo quería. Entonces, tener todo disponible en el mismo campus y que ellos, además, me dieran esa posibilidad de seguir cursos que quizás no son relacionados a la física, pero que entendieron que eran clave para mi tesis, fue clave también. Entonces, es cierto que me ha abierto muchas puertas, así que estoy muy agradecida a la Universidad, al Departamento Física y a los cosmólogos«.

«¡Faltan cosmólogas!», agregó Grandón, quien comentó que «todos los profesores son hombres. Y hoy soy la única mujer del grupo, faltan mujeres». Por lo mismo, invitó a las niñas a perseguir sus sueños sin limitaciones.

Fuente: Prensa U. de Chile / Autora: Carolina Aliaga / Fotografías: Felipe Poga.