Diferentes personalidades a nivel mundial han expresado su pesar por la muerte del sociólogo francés Alain Touraine, la que se registró este viernes 9 de junio en París.
Nacido en 1925 en Hermanville-sur-Mer, Touraine es considerado como parte de una generación de pensadores que marcó las ciencias sociales a nivel global desde mediados del siglo XX.
De hecho, en 1956 llegó a Chile y fue fundamental para la fundación del Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile, instancia que recibió todo su conocimiento cultivado en el desarrollo de investigaciones sobre la recuperación industrial de la postguerra en Europa. A ello se sumó el desarrollo de movimientos sociales, como por ejemplo, el mayo francés de 1968, así como la crisis de la modernidad.
A Chile lo unía además su matrimonio con una chilena, la investigadora Adriana Arenas Pizarro. Junto a ella regresaron al país en 1971 y en junio de 1973 para ser testigo directo del proceso de la Unidad Popular, experiencia de la que dejó un libro, Vida y muerte del Chile popular, que fue reeditado en 2020 por Ediciones Usach.
En 2011 regresó nuevamente para participar de encuentros donde abordó el movimiento social estudiantil de ese momento y luego comentó que la elección de Gabriel Boric a la presidencia de la República fue “una consecuencia directa” de las movilizaciones sociales que estallaron en octubre de 2019. «Cuando hay un aumento de las desigualdades, en general se produce violencia», precisó en una entrevista con La Tercera en esa época.
Junto al pensador polaco Zygmunt Bauman compartió el premio Príncipe de Asturias en 2010 por ser «luminarias del pensamiento europeo que han contribuido a un mejor entendimiento de la realidad social de un mundo especialmente singular», sostuvo en ese momento el jurado del reconocimiento.
En entrevista con el diario El País en plena pandemia, Touraine dijo que «lo que más me impresiona ahora, en tanto que sociólogo o historiador del presente, es que hacía mucho tiempo que no sentía un tal vacío. Hay una ausencia de actores, de sentido, de ideas, de interés incluso: la única preferencia del virus es hacia los viejos. Tampoco hay remedio ni vacuna. No tenemos armas, vamos con las manos desnudas, estamos encerrados solos y aislados, abandonados. No hay que estar en contacto y hay que encerrarse en casa. ¡Esto no es la guerra!».
Touraine se definía como un europeísta y su trabajo lo llevó a ser el director de estudios en La Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París desde 1960. Desde 1989 era miembro del Colegio de Prevención de Riesgos Tecnológicos.
Entre sus libros destacan Qué es la democracia; Cómo salir del liberalismo; Podemos vivir juntos y La búsqueda de sí mismo.
Fuente: Diario UChile.