El miércoles 26 de octubre el científico Guido Kroemer dictó una conferencia centrada en las implicaciones fisiopatológicas del estrés y de la muerte celular en el contexto del envejecimiento, del cáncer y de la inflamación, en la que ahondó sobre el tema de la permeabilización de la membrana mitocondrial en la muerte celular, de los efectos citoprotectores y antienvejecimiento de la macroautofagia, así como del papel decisivo de la muerte celular inmunogénica en los tratamientos contra el cáncer.

Su exposición fue precedida por la especial participación y presentación del profesor Sergio Lavandero, Premio Nacional 2022 de Ciencias Naturales, quien destacó la trayectoria del científico premiado y reconocido con múltiples galardones a nivel internacional, incluidos los premios de investigación del cáncer más prestigiosos de Bélgica (Premio de Salud Baillet-Latour), Francia (Prix Duquesne, Prix Léopold Griffuel, Grand Prix Ruban Rose) y Suiza (Premio Brupbacher), la Unión Europea (Premio Descartes), así como el premio científico italiano más importante (Premio Lombardia & Ricerca). Habló además de los importantes y duraderos vínculos establecidos por Kroemer con investigadores chilenos.

Kroemer es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Paris-Cité, director del equipo de investigación «Metabolismo, Cáncer e Inmunidad» del Consejo Francés de Investigaciones Médicas (INSERM) y director de las plataformas de Metabolómica y Biología Celular del Instituto Gustave Roussy. Es además uno de los científicos más respetado y citado del mundo en biomedicina.

Para Margarita Iglesias Saldaña, Directora Ejecutiva de la Iniciativa Franco-Chilena de Altos Estudios, este tipo de conferencias busca «difundir y vulgarizar lenguajes complejos, como dijo el profesor, de investigaciones que aparentemente no están muy ligadas a la sociedad, pero que tiene mucho que ver con ella, como vimos en la conferencia en este caso con respuestas curativas al cáncer. Finalmente, toda la conferencia sobre la muerte celular termina en la posibilidad de mejorar la vida de los seres humanos, en todas las sociedades, a partir de los encuentros de investigación y del conocimiento que se va generando en torno a este tipo de ciencia, que a veces parece muy oculta o muy de especialistas».

Con una amplia asistencia, la cita se desarrolló con la participación de integrantes del mundo científico nacional. Entre ellas, se encontraba Eva Bustamante, bioquímica de la Universidad de Chile y profesora adjunta del Departamento de Oncología Básico-Clínico de la Facultad de Medicina, quien opinó: «Fue muy agradable escuchar al profesor Kroemer con esta visión. Justamente, logró plasmar algo que puede ser muy complejo, pero lo hizo de una manera más simplificada en lo científico, sin perder el énfasis de los puntos críticos. Fue muy agradable su forma más filosofal de presentar esto, algo que a toda la gente que está en ciencia le atrae y le gusta entender un poco más de lo que es la muerte celular».

RESPUESTAS AL ESTRÉS (CELULAR): ADAPTACIÓN O MUERTE 

El académico desarrolló en su conferencia la propuesta científica asociada al desempeño de las células de los mamíferos que responden al estrés activando mecanismos que respaldan las funciones celulares y, por lo tanto, mantienen la homeostasis microambiental y del organismo. Las respuestas intracelulares al estrés, su regulación y sus implicaciones fisiopatológicas han sido ampliamente estudiadas, sin embargo, se sabe poco sobre las señales que emanan de las células estresadas para permitir una respuesta adaptativa coordinada en los tejidos, órganos y todo el organismo.

Estas señales extracelulares acoplan las respuestas microambientales o sistémicas a los mecanismos intracelulares que se activan en respuesta a diferentes tipos de estrés, como por ejemplo, la autofagia, así como a los mecanismos que aseguran la inactivación proliferativa o la eliminación de células irreversiblemente dañadas, tal como ocurre en el contexto de la senescencia y la muerte celular regulada.

Tales señales implican cambios en la superficie de las células estresadas o la secreción de factores solubles y respaldan la homeostasis sistémica. Su desregulación conlleva el desarrollo de patologías cardiovasculares, degenerativas y oncológicas. Cada día, entre las millones de reacciones que se producen en nuestras células, algunas de ellas «no funcionan bien» y producen componentes anormales o sobreutilizados. Durante la autofagia de estos componentes deteriorados (virus, bacterias, toxinas, proteínas degeneradas, etc.), se produce una especie de «reciclaje de partes defectuosas» de la célula. Ello mejora nuestro sistema inmunitario, reduce la inflamación y protege nuestro sistema cardiovascular, entre otros muchos efectos beneficiosos.

Este proceso de limpieza y reparación celular se produce de forma natural, de manera cíclica, durante las fases en las que la célula está en relativo reposo, pero tiende a ser menos activo a medida que envejecemos. La autofagia también se describe como una fuente alternativa de energía para la célula, puesta en marcha durante ciertas situaciones de estrés físico como el ayuno, una bajada de azúcar en la sangre, un esfuerzo intenso o la falta de oxígeno… Durante estos períodos, la célula genera energía «quemando» sus residuos.

COOPERACIÓN CIENTÍFICA FRANCO-CHILENA

El Dr. Kroemer fue recibido en la Casa Central de la Universidad de Chile por el Prof. Enrique Aliste, Vicerrector de Investigación y Desarrollo, en representación de la Rectora Rosa Devés. Junto a Julie Le Gall, Agregada de Cooperación Científica y Universitaria de la Embajada de Francia, la Prof. Margarita Iglesias, el Prof. Sergio Lavanderos y el destacado científico invitado, el Prof. Aliste conversó sobre los vínculos académicos y científicos existentes entre la Universidad de Chile y Francia y cómo seguir desarrollándolos, en especial en el marco de la Iniciativa Franco-Chilena de Altos Estudios.

Como lo especificó el integrante del consejo directivo de esta Iniciativa y decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Francisco Martínez, el objetivo de esta se orienta a una mayor integración de ambos países en el desarrollo del conocimiento en todas las disciplinas. «En esta ocasión le correspondió a la ciencia, porque nos visitó el muy destacado profesor en biología celular, Guido Kroemer, con quien fue un gusto poder discutir sobre los últimos avances en esa disciplina donde también contamos con reconocidos investigadores».

En su visita a Chile, Kroemer participó además en una jornada de actividades realizada el 25 de octubre en la Universidad de O’Higgins, en su sede de Rancagua, organizada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo-ANID y la Embajada de Francia en Chile, con apoyo del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile, para celebrar el 30º aniversario del Programa Bilateral de Cooperación Científica Franco-Chilena: ECOS-ANID.

El programa ECOS fue creado en 1992 por decisión de los Ministerios de Relaciones Exteriores, Educación Nacional y de la Investigación de Francia. Desde entonces, la misión de su comité ha sido la evaluación de proyectos y el apoyo al intercambio científico y universitario con Latinoamérica, marco bajo el cual se formalizó la cooperación científica entre Chile y Francia y que ha resultado ser la principal herramienta de financiamiento público de la movilidad entre investigadores de ambos países.

La celebración de las tres décadas del programa fue una oportunidad para destacar la solidez de esta iniciativa desde su creación, sus contribuciones al mundo de la investigación y sus desafíos para los próximos años. Basada en una fructífera relación de larga data, el programa ECOS-ANID ha tenido un claro impacto en el mejoramiento de la calidad del trabajo colaborativo, involucrando a diversas instituciones y regiones de Chile, entre las cuales la Universidad de Chile ha jugado un rol preponderante.

En el encuentro participaron destacados investigadores de la Universidad de Chile: Alejandro Maass, matemático y actual director de relaciones internacionales del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile y quien fue presidente del programa de cooperación franco-chileno ECOS entre 2008 y 2016; Andrea Slachevsky, Centro de Memoria y Neuropsiquiatria Hospital del Salvador y Facultad de Medicina de la Universidad de Chile e investigadora principal del GERO; Linda Daniele, hidrogeóloga del departamento de Geología y directora del Centro Avanzado para las Tecnología del Agua (CAPTA), y Marcel Clerc, físico y profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y presidente del Comité ECOS-ANID Chile.

A su vez, los tres jóvenes investigadores que compartieron en una charla su experiencia en programas ECOS-ANID están también vinculados con la Universidad de Chile: la antropóloga Ariadna Cifuentes, que actualmente realiza una pasantía de investigación doctoral en el Centre de Recherche et de Restauration des Musées de France, fue formada en la Universidad de Chile; María Isabel Cortez realizó una doble titulación en Modelación Matemática en la Universidad de Chile y la Universidad de Bourgogne y actualmente es profesora en la Pontificia Universidad Católica de Chile; Alfredo Criollo, es bioquímico y doctor por la Universidad de Chile y académico en la misma institución, además de ser doctor en Biología Celular y Molecular por la Université Paris Sud XI. Sus recorridos los han llevado a seguir manteniendo lazos de colaboración con Francia.

Fuente: Noticias U.Chile / Autora: Monserrat Lorca, periodista Vexcom U. de Chile.